LA MANSIÓN DE LA NIEBLA ETERNA
Trabajo de : CARLA LOSANTOS
5b.
Era un hermoso día de verano en el que
cuando me levanté me apeteció ir a leer un poco a la nueva biblioteca.
Cuando
llegué vi que había una estantería dedicada a mis libros preferidos: los de
misterio. Cogí un libro y empecé a leerlo y en una de sus páginas había un
mapa de la mansión de la niebla eterna ,
una casona abandonada en la selva negra que tenía unos túneles subterráneos en
los que había un tesoro cuyo guardián
era un ogro .
Como estaba de vacaciones decidí hacer un
viaje a la selva negra para investigar y si se presentaba la ocasión encontrar
aquel famoso tesoro.
El viaje se me hizo muy corto pues lo hice
en avioneta y estaba pensando todo el rato en las aventuras que pasaría en la
misteriosa casona.
Cuando llegué anduve y anduve para ir a la mansión .Por fin llegué
y la verdad es que daba muchísimo miedo. Intenté entrar pero la puerta estaba
cerrada con un candado gigante. Entonces cogí una cuerda que por suerte estaba
colgada de una rama de un árbol y trepé hasta la ventana más cercana. Entrar
por la ventana fue muy fácil pues estaban todas abiertas y rotas.
Todo estaba lleno de polvo y todo tipo de
insectos como cucarachas, arañas y ciempiés. ¡Qué asco!...
Entonces dejé mi mochila y me puse a
investigar. Llegó la noche y me instalé en la habitación más limpia que vi.
A la mañana siguiente me desperté muy
temprano con un dolor muy fuerte en mi boca , además me di cuenta de que estaba
sangrando fui al baño y cuando me mire al espejo vi que no tenía ningún diente
¡alguien me los había arrancado!
¿Qué me habia pasado?¿Quién habría sido?
Con un
dolor terrible en mi boca salí a la calle y vi que ¡tenía vecinos!
Mis vecinos
eran una familia de hombrecitos de color
rojo de no más de medio metro que en cuyas cabezas resaltaban 5 ojos, 3 delante
y 2 en su nuca. ¡Nada escapaba a su vista El que parecía más anciano llevaba un collar
de dientes humanos .
Les
pregunté como pude haciendome mucho daño en las encias - "¿de donde habeís
sacado esos dientes? "
Y ellos me
respondieron :"¡ los arrancamos a los intrusos cómo tú !¡suerte has tenido
que no te hemos cortado las orejas! "
Yo les pregunté : "y , ¿cómo no me dolió cuando me
arrancasteis los dientes?"
"Te
dimos de nuestra pocima secreta anestesiante .Tenias mucha sed pues te bebiste
los únicos 5 litros que teníamos ".
Yo estaba
estupefácto no sabía que decirles.
-"Y,
¿para qué queréis los dientes? "
-"Solo
si llevas un collar de dientes humanos colgado al cuello te libraras del ogro
que protege el tesoro " me dijeron.
Esa misma noche decidí ir a buscar a el
famoso ogro de los dientes podridos. Empecé a buscar la entrada del túnel que
señalaba el mapa y al final la encontré en la habitación en la que había
dormido detrás de una estantería llena
de libros. Bajé y encontré un camino largo cabado en la roca. El mapa indicaba
que para llegar al tesoro debería de salir vivo de tres pruebas:
1ª-Ratas gigantes de dos cabezas.
2ª-El abismo infinito.
3ª-Los murcélagos vampiros.
Armada de valor llegué a una cámara dónde
estaban las ratas gigantes. Nada más verme se abalanzaron sobre mi tres de
ellas Recordando que tenía mi móvil lo saqué y puse el sonido de un león que
rugía con mucha fuerza ¡todas se fueron asustadas!
Estaba muy contenta pues había conseguido
pasar la primera prueba.
Seguidamente fui a la segunda cámara
dónde me esperaba un precipicio enorme en el que abajo muchos cocodrilos
esperaban a que me cayera para comerme. En el borde del precipicio había una
tabla muy resbaladiza. Saqué de mi mochila mi ala delta portátil con la que
volé muy cerca de los cocodrilos. Al fin llegué al otro lado. ¡Ya solo me
quedaba una prueba!
Después de mucho caminar estaba agotada.
Me tumbé debajo de un árbol y me quedé dormida. ¡Unos terribles gritos me
despertaron! ¡Eran los murciélagos vampiros dispuestos a chuparme la sangre! Me
acordé de que tenía una linterna con una potente luz. Así que la saqué y tanto
les molestó la luz que huyeron despavoridos. ¡Lo había conseguido con un poco de
ingenio y suerte!
Ya solo me quedaba darle el collar de
dientes al ogro.
Nada más cruzar una puerta me encontré
con el ogro y la verdad es que era horrible. Su boca llena de dientes podridos
olía cómo una granja de cerdos.
El ogro me dijo que lo había hecho muy
bien , pero que si quería entrar le tenía que dar un collar de dientes humanos.
El pensaba que no lo tendría, pero cuando lo saqué de mi bolso dijo:"no
puede ser". Yo se lo dí y él me dejó entrar . Ande y ande por un túnel
subterráneo hasta llegar a una habitación toda de oro que tenía miles y miles
de cuadros...Era muy amplia y al final tenía un baúl , también de oro . ¡Era
precioso! Estaba cerrado con un candado . En ese momento me acordé de lo que me
dijo el ogro : "Para conseguir la llave tienes que seguir un camino de
piedras que verás al final de la habitación".
La encontré
, era preciosa...
Rápidamente
fuí a dónde estaba el baúl con el tesoro , pero había desaparecido.
Corrí hacía
el ogro y le pregunté si había dejado entrar a alguien más y quiénes eran .Me
dijo que había dejado entrar a unos hombrecitos rojos y que a cambio le habían
dado otro collar de dientes.
También me
dijo que se lo habían llevado corriendo y que él había intentado decirles que
tenían que coger la llave pero no le habían oído . Le dije que muchas gracias
por todo y me fui pitando a coger a los hombrecillos rojos arrancadores de
dientes.
Los encontré en su casa echando una siesta.
Así que aproveche su descuido para llevarme el tesoro y subirlo a la avioneta.
Por fin de
vuelta a casa y lejos de la mansión de la niebla eterna. Pero todavía me
quedaba una cosa por solucionar y que me haría sufrir. Ir al dentista y ponerme
dientes nuevos. Pero esta vez ¡serían de oro!
Así termina
mi historia espero que os haya gustado.
Las Terribles Desapariciones
Víctor Ortega Albillos
Un día, Juan nos
dijo en el colegio -Cerca de la casa de mi tío, hay una casa destartalada, muy, muy vieja.
Mi tío me dijo que la gente que entraba nunca volvía a salir. Podéis
pensar lo mismo que yo ,
que podía salir por la noche de la casa, o cuando mi tío no estuviera
mirando por la ventana.
La verdad es que sí que habíamos pensado en eso. Nos quedamos mirando unos a otros como
diciendo ¿Éste cómo lo sabrá?
-Bueno,
¡¿puedo seguir o no?!-
Nos callamos para seguir escuchando
a Juan. No sabíamos si era verdad o no, pero él lo decía con tanta seguridad en las frases que
parecía que sí que era vedad
. -Como estaba diciendo- siguió -yo también creía Eso al principio,
pero luego me fui dando cuenta poco a poco de que las personas que entraban nunca más estaban
por el barrio. El otro día, vi a una señora, muy mayor ayudada por un bastón, vecina de mi tío,
que llamaba al timbre de esa casa. Le abrieron la puerta, entró y ya no salió.
Me quedé mirando
toda la tarde la casa, y de ella no salió nadie.
-Oye, Juan- dije
yo- ¿de verdad que no nos estás tomando el pelo? Porque si es una broma no tiene ni pizca de
gracia.
-¡Eso!- dijo
Felipe, el cerebro de nuestro grupo.
Para que nos
conozcáis mejor, hago un repaso de todos nosotros.
Empezando, yo
diría que empiezo por.... Juan. Juan es
el gracioso del grupo, siempre nos anda contando chistes
de aquí para allá, de allá para acá. Es muy feliz y casi siempre tiene unasonrisa en la
cara.
Un ejemplo de
cuando no sonríe: en los exámenes de cono.
Otro es
Rodrigo, es el más guapo del grupo. Tiene el pelo largo y tiene muchas pecas.
Se cree un poco chulo,
pero es muy buen amigo. Siempre nos intenta dar miedo con lo de que existen los espíritus y
los fantasmas, y no nos lo creemos. Aunque ahora yo sí un poco.
Luego estoy yo.
Siempre me he creído como el jefe del grupo. Soy el que propone las ideas, los planes...
Soy bastante alto y soy muy aventurero. Aunque a veces tengo bastante miedo de algunas cosas.
Me gusta muchísimo el skate, y también me gusta ir saltando por ahí. Todos me dicen que al
final un día me voy a romper algo, y la verdad es que tienen razón, pero yo
sigo haciéndolo. Después, está
Felipe. Es el más listo de los 5. Siempre saca 10, y si no los saca, se vuelve
loco, y dice que no
puede sacar menos de un 10,( aunque saque un 9,9) y se tira todo el día y la mañana siguiente
estudiando el examen. Yo creo que es un poco exagerado, por no sacar un 10, pero bueno,
Felipe es así. Él hace las estrategias de los días que jugamos a polis y cacos
todos en el mismo
equipo. Y si no nos toca juntos, nos pasamos todos al de los cacos.
Por último, está
mi perro Black, igual que yo, es muy aventurero. Solamente tiene 2 años, y ya corre muchísimo.
Sin él y sin su olfato, muchas veces, ya estaríamos en el otro barrio.¡Goauf! Bueno seguimos con
lo que estábamos.
-No, no es una
broma- dijo Juan- os lo prometo por el coche de mi padre
Ahí ya nos lo
creímos más, porque si Juan lo prometía por el
coche de su padre( que era un Lamborghini) o
estaba loco o lo decía en serio.
-Y ¿por qué no venís y lo averiguamos?
-!¿Pero cómo vamos
a ir?¡- dijo Rodrigo
-Mirad, el viernes
voy a pasar el fin de semana en la casa de mis
tíos, se lo preguntáis a vuestras madres y si os dejan venís
-¿Y si no nos dejan?- dijo
Felipe, tan precavido como siempre.
-Pues intentad que os dejen.- dijo Juan, y
se marchó dejándonos a todos con caras de
abobados por lo que le contestó a Felipe.
Llegó por fin el
viernes, y a mí si que me dejaban ir, pero con la condición de que no hiciéramos alguna
locura. Me llevé a Black para que nos
acompañara a la aventura. Habíamos quedado en la puerta del colegio. Ya
estaban todos y me estaban esperando. Fui corriendo hacia donde ellos con
Black por delante mío. Es increíble como corre Black cuando quiere. Se les echó encima de
ellos lamiéndoles a todos la cara y los brazos. Se notaba que hacía tiempo que no les veía. Luego
fue hacia mí y se puso delante mío con la postura que siempre pone para que le coja en
brazos. Le acerqué los brazos para que se subiera y lo hizo de un salto. Yo
creo que una de las cosas que más le gusta hacer
es esto. Llegué hasta donde ellos y dijeron que ya me valía por llegar
tan tarde, y que ya estaban ahí desde hace ¼
de hora. Miré el reloj y pensé...
¡Pero si he sido
puntual! No dije nada porque estaba tan cansado del sprint que había acabado de hacer para
llegar hasta donde ellos que no me
sobraban fuerzas. Llegó el coche de su tío.Nos montamos todos y
esperamos a llegar. El viaje fue bastante largo pero al fin llegamos. Su casa se parecía más
a una bodega que a otra cosa. La verdad es que lo primero que estaba buscando nada más
llegar fue la casa destartalada de la que nos había hablado Juan. Por fin la encontré y era
exactamente como nos la había descrito Juan en el coche. Con las ventanas rotas agujeros en el
tejado, de 5 pisos... Parecía un lugar de lo más lúgubre. Lo más raro es que
donde estábamos hacía sol
y no había ni una sola nube en el cielo, y rodeando la casa había una nube negra con truenos y
todo. No se cómo podía vivir al lado de una casa como esa.
En medio había un
camino de tierra que las separaban. No me entró duda de que ésta iba a ser una aventura
terrorífica. Entramos en la casa de los tíos. Era bastante grande y bonita.
-Seguidme, nos dijo Juan- os
enseñaré vuestras habitaciones.
A mí me tocó compartir la habitación con Felipe (y también
con Black, por supuesto)
-¿Cuándo vamos a ir a esa casa?- preguntó Rodrigo, impaciente para ver
algún fantasma.
-Mañana por la mañana iremos. Ahora no vamos a ir porque se nos ha
hecho tarde viniendo. Llevaremos comida y ropa de abrigo por si hace frío.
_ ¿ Alguien ha traído
linterna? Porque la mía casi no tiene batería.
Eso mismo les pasaba a todos, menos mal que yo
había traído linterna de cargar.- ¿Que haríais sin mi?- les dije para hacerme
un poco el chulo.
-Pues nos quedaríamos a oscuras chillando de miedo, pero tu el que más-
contestó Rodrigo para
dejarme en ridículo.
- Bueno, vayámonos todos a la cama. -dijo Juan porque veía ahí lucha.
Nos
fuimos todos a la cama cansadísimos del viaje que habíamos hecho para llegar.
Yo me tiré encima de
la cama y Black detrás mío . Me metí y Black se quedó encima mío pero fuera.
Al día siguiente no
podía abrir los ojos. Había dormido fatal por la noche. Tuve pesadillas de que cogían a mis
amigos, desaparecían y ya no les volvía a ver nunca más. Me levanté con dolor
de muñeca, de espalda
y la pierna la tenía dormida. Decidí que si me duchaba se me quitaría el dolor, o al menos
se me olvidaría por algún rato. Me duché, me sequé y bajé a desayunar. Ya estaban todos ahí,
vestidos y desayunados. Miré al reloj: las 12 y media. No sé como había dormido tanto.
Desayuné lo más rápido que pude, subí las escaleras saltándome 2 o 3 escalones. Me quité el pijama
de un golpe, y bajé vestido. Miré otra vez el reloj: las 12 y 33.UN NUEVO
RECORD.
-¿Llegamos
a ir por la mañana? - pregunté refiriéndome a la casa. -Me temo que no.
Salimos a la calle
y fuimos al colegio. Hicimos un rápido con el balón de fútbol en el colegio. Nos llamaron
después de dos horas. Fuimos a comer. Cuando hicimos la digestión nos dejaron salir a la calle.
Cogimos las linternas, los bocadillos y nos fuimos. Salimos al colegio un poco
y pasada ½ hora
fuimos al caserón. A Black le dio miedo la casa. Le puse dentro de mi chaqueta para que no lo
viera. ¡Cómo no le iba a dar miedo si hasta a mí me daba! El aspecto era
tétrico y espeluznante.
Fuimos con dudas hacia la puerta y llamamos al timbre. La puerta se abrió sola
y chirriando.
-!¿Hola?¡- pregunté -¿ Hay alguien?
Silencio absoluto. Miré un poco por el hueco que había dejado
cuando se había abierto. Estaba
totalmente oscuro. De repente empezó a llover con tanta fuerza
alrededor de la casa que solo nos dejaba una opción : entrar . Entramos con miedo y volví a
preguntar lo mismo :
- !¿Hola?¡ ¿ Hay alguien? De repente, en cuanto pasó Felipe, que era el último,
se cerró la puerta de golpe ¡Pam!
Nos dimos un gran
susto. Retrocedimos e intentamos abrirlas. Se abría un poco pero algo había que estaba haciendo
fuerza para que no se abriera. Era como que alguien estaba haciendo fuerza a la misma vez e
intentaba que no consiguiéramos salir. De repente, vi una cara espeluznante delante mío. Era
horroroso. Solo lo vi unos pocos segundos, pero estaba seguro de que no había comido nada desde
hace miles y miles de años. Estaba deshidratada y no tenía carne en la cara.
Todos retrocedimos
asustados y nos caímos unos encima de otros. Ahí alguien se rompió algo porque sonó algo
parecido a un ¡Clack! Pero bueno, no era el momento de quejarse, así que nos pusimos de pie
y empezamos a correr. Después de 5 min. corriendo a sprint (estábamos muy preparados para
eso) decidimos parar un poco el ritmo y mirar atrás. No había nadie. El
fantasma ( o zombi, o monstruo, o bruja o Freddy Krueger) le habíamos dejado
hace mucho tiempo atrás.
Cogí a Black en
brazos porque veía que él no podía ni con su alma. !Eso por no venir a educación física¡
Volvimos hacia atrás y tomamos el mismo camino. Cuando supuestamente habríamos llegado a
la puerta principal, estábamos otra vez donde nos habíamos parado. Una cosa imposible ya
que no habíamos dado un 360 andando. No
sabíamos qué había pasado así que volvimos por el
mismo camino y nos volvió a pasar lo mismo. Lo volvimos a hacer y lo mismo y luego otra vez y
otra y otra y otra y otra. Al final
acabamos agotados y mareados de tanta vuelta y nos propusimos
tomar la merienda que nos había preparado. Solo un pequeño y triste mordisquito por si
luego teníamos más hambre. Nos dimos la vuelta y vimos al ser más horroroso que os podáis
imaginar. La baba le caía de la boca como cae el agua en una cascada, los ojos
se le salían de su
órbita y se volvían totalmente blancos, su aliento era una mezcla de
putrefacción y de muerto con un
poco de escarabajo podrido, no tenía zapatos y en sus pies no tenía ni uña ni carne. Mejor ni lo
intentéis imaginar porque no podréis dormir en una semana.
También le faltaba el pantalón y el
calzoncillo parecía de metal o de hierro. Su aspecto era... era... no es
posible explicarse con
palabras. Bueno, en cuanto lo vimos ni dudé un segundo en correr a toda mecha, aun siendo en
círculos. Bueno, en ese momento se me vino una idea a la cabeza. Siempre íbamos por un sitio
y salíamos por el otro, pero... ¿y si entrábamos por el otro? Ya sé que parece absurdo, pero
bueno, había que intentarlo, ¿no? Esto se lo expliqué a los otros con 4
palabras
–
¡¡¡¡¡¡Vamos por sus
piernaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaas!!!!!! Con un ágil movimiento, fuimos por debajo en un
abrir y cerrar de ojos. El monstruo intimidaba por su altura y su aspecto pero era muy torpe y muy
lento. Fuimos corriendo,corriendo y corriendo con el aliento del monstruo soplándome en la
cocorota, con su aliento ardiente y helado. Fuimos corriendo y por fin vimos una ventana en todo
el castillo,estaba rota, así que entraba el aire fresco del exterior. Por un momento, sentí un
gran frescor y no era del gran monstruo. Me sentí nuevo y aliviado. Corrí con más ganas que
nunca y a mis compañeros les pasó lo mismo. A mí me costaba un poco más porque tenía que
llevar a Black en brazos y pesa lo suyo después de comer. De repente vi una cuerda que sujetaba
una lámpara. ¿Cómo iba a fallar un tópico? Quité la cuerda y en el momento cayó una.... o era
un.. fue una cosa muy rara. En vez de caer la lámpara, cayó un mazo. -¡ Oh venga ya! El monstruo se río con su boca maloliente y
podrida. ¡Eso era un escarabajo? Va,da igual. Ahora si que
había que correr más por el mazo. Detrás se oyó un ¡clincc! de la lámpara. ¡¡¡¿¿¿En
serio???!!! qué mala suerte tenía ese
día, de verdad. De repente vi la puerta, la del principio. Corrí
hacia la puerta y dejé a Black en el suelo para abrirla con más rapidez. La
abrí y salimos. Cómo no,
estaba lloviendo. Salimos al sol y nos secamos.
Esto era un gran descubrimiento para la humanidad
FIN
El misterio de la casa de Ricazor
Escrito por Lucía Castro Barriocanal
Ricazor
era un pueblo abandonado. Hacía años que no tenía un habitante. Los últimos
habitantes de aquel pueblo eran los integrantes de una familia rica, que vivía
en una mansión. La madre era la Duquesa Paula, que había dirigido Ricazor
cuando era un gran pueblo lleno de esplendor. Pero cierto día, ella y su
familia murieron misteriosamente.
Mientras
tanto, en la ciudad de Málcar…
El jefe
del circo estaba muy enfadado. Cada vez su espectáculo tenía menos público,
porque siempre repetían su función en las mismas ciudades y la gente se aburría
de ver siempre lo mismo. Por eso les decía a todos que buscasen un nuevo lugar
para ejercer su trabajo.
-¡Venga, tenéis que encontrar un nuevo sitio para el
espectáculo! ¡Necesitamos nuevo público!- decía el jefe.
Unos
días después, llegaba uno de los equilibristas al despacho del jefe.
-¡He
encontrado un lugar nuevo y cercano a aquí para hacer nuestro espectáculo! Se
llama Ricazor y está a unos 80 kilómetros de aquí. Y tiene un terreno magnífico
para poner la carpa-.
Así que,
después de anunciar durante semanas el espectáculo en Ricazor, llegó el gran
día. Montones de personas se acercaron a ese pequeño y solitario pueblecito
para ver el espectáculo circense.
Después
de horas de acrobacias y chistes, salió un hombre vestido de traje y dijo a
todo el público:
-Ricazor es un pueblo magnífico que lo tiene todo. Todo menos
habitantes. ¿No os gustaría volver a poblarlo?-
Todos se pusieron a gritar y a
aplaudir y días después pusieron carteles por Málcar para que Ricazor tuviese
habitantes de nuevo.
Después
de un mes, la mayoría de las casas del pueblo ya estaban vendidas. Ese día
llegaba al pueblo una familia que se había instalado en la mansión de la
Duquesa Paula.
El
padre, Alberto, estaba encantado con esa mansión. Su hijo se llamaba Mario y
tenía siete años. Su hija era Leonor y tenía quince años.
–Mirad qué casa tan
maravillosa tenemos. Perteneció a la familia de la Duquesa Paula hace siglos-
les comentaba Alberto a sus hijos. A él le encantaba la cultura y las
antigüedades.
-Papá, ¿qué paso con la Duquesa Paula? -le decía Mario, que era
muy curioso.
–Se murió, hijo. Y su familia también. Dicen que la única persona
de esa familia que sigue viva (será su tataranieta, o algo así) es una mujer
que se crió en los bosques y permanecía día y noche quieta. Tan sólo se movía
para acercarse a algo muerto-. Pero Leonor no estaba de acuerdo
- Seguro que es
una leyenda.
Unos
días después, Leonor despertó antes que todos los demás. Unos ruidos que venían
del piso de abajo la molestaban. Pronto, fue a la habitación de su hermano y le
despertó.
– ¿Has oído eso?- Le preguntó.
Se oía un “bum, bum, bum” que venía del piso de abajo.
– Igual es…- ella
hablaba a Mario con voz tenebrosa para asustarle-
¡Un fantasma!-
Mario se
asustó tanto que dio un grito que despertó a sus padres. Su madre, Carolina, se
levantó a ver que pasaba.
–A ver, Leonor, ¿qué haces en la habitación de tu
hermano a media noche?- su madre estaba muy enfadada.
Pero Mario dijo - Mira lo
que se oye del piso de abajo. ¡Es un fantasma!- se oía de nuevo el “bum, bum,
bum”. Carolina les dijo que bajasen a
ver lo que pasaba, mientras ella le decía a Alberto por qué se había oído un
grito. Los dos hermanos bajaron, Leonor algo más decidida que Mario. Cuando
bajaron se dieron cuenta de que los ruidos venían de la puerta. Leonor miró por
la mirilla de la puerta pero no vio a nadie. Entonces Mario abrió la puerta.
Ninguno de ellos pudo contener un grito de
terror. Era una horrorosa anciana de
ojos bicolor y rostro arrugado.
-¿Hola?- dijo Leonor aterrorizada.- ¿Quién eres
tú?- la anciana parecía enfadada y su cara brillaba en medio de la noche.
–Soy
la única descendiente de la Duquesa Paula. Cada noche me acerco aquí a
despertar a los espíritus de su familia. Y no voy a dejar que no despierten
hoy
Leonor y Mario cada vez estaban más asustados. Pero la anciana prosiguió
-¿Vosotros vivís aquí?- los dos hermanos asintieron
-¡Ésta casa está maldita!
La Duquesa Paula vivió aquí, pero un día murió junto a se familia. Entonces la
casa absorbió su alma, y ella se dispone a obtener el alma de todos los que se
acercan aquí-
. De repente la puerta se cerró de golpe. Los niños la
volvieron abrir, pero la anciana ya no
estaba. Sus padres estaban en la escalera, lo habían oído todo.
–Niños, a la
cama. Olvidad lo que ha dicho, ¿vale?-
Pero los cuatro sabían que la anciana
podría tener razón. Todos se fueron a la cama, pero ninguno durmió más. Al día siguiente, Alberto fue a ver a
una famosa vidente, a la que preguntaría por el misterio de esa casa.
-Al
parecer, la casa está maldita. Espíritus malvados la habitan. Están por todas
partes. Me gustaría ir esta noche a hacer una exploración a la casa-.
Esa
noche, la vidente fue a su casa con todo tipo de artilugios raros. Empezó por
poner cascabeles y plumas colgando por todas partes. Luego, echó polvos encima
de los muebles y por último quitó todos los cuadros de las paredes y los apiló
en una esquina. Entonces, esperó a la anciana.
Alberto
y Carolina se habían dormido en el sofá. Sin embargo, Mario y Leonor permanecían despiertos. Pronto se oyó de
nuevo ese “bum, bum, bum” que anteriormente les había despertado. La vidente
les hizo un gesto para que se hiciesen los dormidos. Abrió la puerta y antes de
que esa anciana pudiese articular una
sola palabra, la vidente pronunció un extraño conjuro:
Las noches se
acercan
Y la luna ilumina
Todo cuanto tus
ojos pueden ver.
Los espíritus se
marchan
A su propio
comienzo
Y las almas ya
muertas descansan en paz.
La
puerta se cerró de la misma forma que la otra noche y la anciana desapareció.
Una niebla de color verde recorrió la habitación y todos despertaron.
La
vidente dijo- Yo ya he hecho mi trabajo-.
Justo cuando la vidente se fue, los
cuadros apilados volaron y se colocaron en fila. Las cosas colgadas cayeron de
golpe y el polvo de los muebles se fue evaporando por el techo. Pero las plumas
se habían soltado formando un corazón; se oyó el tintineo de los cascabeles y
de repente las plumas se separaron formando un corazón partido por la mitad.
Los
cuadros se cayeron y el dibujo se borró. Se oyó una risa malvada pero no había
nadie. Sólo una sombra en la columna que parecía llevar un vestido antiguo. Una
sombra igual pero más baja se acercó a la otra, y la niebla verde formaba sus
bocas riéndose. En las paredes apareció en rojo la frase
“VAIS A MORIR”
. Los
cuatro salieron corriendo hacia la puerta pero estaba cerrada. Las paredes se
alargaron hasta tapar las ventanas, las lámparas cayeron y el fuego de la
hoguera se apagó.
Al
día siguiente…
Esa
mañana todos los vecinos se arremolinaron el la puerta de la casa, pero aún así
evitaban entrar al jardín o tocar la valla. Todos estaban disgustados,
preocupados y asustados, pues esa noche aquella familia había muerto
misteriosamente.
Fin
son ¡¡alucinantes!!
ResponderEliminarestan muy bien pero siempre dan miedo y acaban en algo malo
ResponderEliminart da miedo??????
EliminarMe ha encantado el cuento de El misterio de la casa de Ricazor.
ResponderEliminarSimplemente GENIAL
Gracias.
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